lunes, 27 de septiembre de 2010

El valor de las cosas.

No todo lo que está errante está perdido.

El valor de las cosas. Una historia zen
"Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?"
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después...- y haciendo una pausa agregó Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
-E...encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
-Bien-asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió.
Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.
Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó.
Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.
Entró en la habitación.
-Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
-Que importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar.
El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
-¡¿58 monedas?!-exclamó el joven.
-Sí -replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... si la venta es urgente...
El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Resolución de conflictos

En esta parte vamos a analizar el conflicto intergrupal, algunas de las principales teorías y sus aportes sobre la resolución de conflictos.

Dentro de las relaciones de los grupos la competición y el conflicto son dos aspectos que se encuentran en estrecha relación. En nuestro estudio encontramos que hay diferentes acepciones para definir el conflicto. En un diccionario encontramos como definición: “Choque, combate, antagonismo, apuro.” (Diccionario Pequeño Larousse, 1998). Para nuestro caso, “Los conflictos son procesos complejos que se dan en la interacción entre individuos o grupos que mantienen una relación.” En ese orden la teoría de Randoll Callins plantea que las personas son intrínsecamente sociables, pero también están predispuestas al conflicto en sus relaciones sociales. El conflicto suele producirse en el nivel de las relaciones sociales porque una o muchas personas tienen siempre la posibilidad de utilizar la coerción violenta en su interacción, considera además que el conflicto se produce como consecuencia del antagonismo entre intereses  que son opuestos.

Dicho esto podemos notar la importancia que ejerce en los grupos poder mantener relaciones armoniosas como antítesis al conflicto. Lo complejo del conflicto es poder ponerse de acuerdo o reconocer las discrepancias, aquí entran factores ya mencionados antes como la tolerancia y la empatía para poder llegar a la resolución de conflictos.

Refiriéndonos a la resolución de conflictos, las diferentes teorías que se han analizado en cuanto al estudio de las relaciones intergrupales, aportan puntos de vistas singulares para su resolución. En este caso volvemos a recaer sobre uno de los principales psicólogos sociales G.W. Allport. El mismo consideraba que la base del prejuicio es la ignorancia, por lo que el conocimiento mutuo entre los grupos podría erradicar la hostilidad. Dicho esto si tomamos el prejuicio como generador de conflicto o como el conflicto propiamente dicho, lo que se debe hacer es trabajar el conocimiento entre los grupos bajo una serie de condiciones. Frecuencia, cercanía, cooperación, apoyo y que se dé entre grupos de igual o parecido estatus y poder.